UN DÍA MÁS

 


Me despierta la luz de la mañana

y en mi cama, sin prisa, me demoro

al cabo de un momento me incorporo,

miro el cielo a través de la ventana,

y emprendo mi rutina cotidiana:

Intento mantener la lozanía

haciendo estiramientos a porfía.

Bebo agua, preparo el desayuno,

hago acopio de fuerzas y reúno

las pocas ganas de enfrentar el día.


DISFRUTANDO DEL VIAJE

 

Con la ilusión del viajero

voy marchando por la vida

animada y decidida,

con equipaje ligero

y el ánimo aventurero.

Disfruto de la llegada,

la salida, la parada...

cada estación me sorprende

y en todas ellas se aprende

que el tiempo se pasa en nada.






MIS POESÍAS Y YO

 


Irredenta devota de las clásicas,

escribo liras, décimas u octavas;

la estrofa me da igual:

una silva, un soneto, un madrigal…

todas resultan básicas.


Me supone una mística experiencia

encontrar la cadencia

y hallar la rima justa;

calzarla como un guante

y aguardar expectante

a que otra idea cruce mi cabeza.


 A ratos son las musas compasivas 

y alivian mi torpeza

mas, veleidosas por naturaleza,

en otras ocasiones son esquivas.


Pero no me impaciento:

manteniendo actitudes positivas

me bato contra el ritmo y el acento

para que encajen a la perfección,

y me da un subidón

cuando el poema doy por concluido;

de júbilo me inunda un estallido

y me desbordo de satisfacción.


ROMANCE DE LAS ALAS ROTAS


 

En la brillante mañana

de aquel memorable día

nos hicimos a la mar

con intenciones festivas,

todo el tiempo por delante

sin acuciarnos la prisa.

Los ojos llenos de amor,

la boca llena de risas;

navegábamos felices,

puesto el rumbo hacia las islas.

 

Bruscamente se acabó

nuestra jornada tranquila:

la naturaleza cruel

devino nuestra enemiga;

Poseidón, preso de celos,

tornó en huracán la brisa

y el agua, que estaba quieta,

sacó su furia marina.

Las velas, alas flexibles,

enloquecidas batían,

y el barco, perdido el rumbo,

avanzaba a la deriva.

Te aferrabas al timón

y el timón no obedecía,

el azafrán se partió

las palas se deshacían…

Con un esfuerzo supremo

apresaste un salvavidas

viniste hasta mí resuelto,

-yo estaba despavorida-,

me enlazaste fuertemente,

de manera decisiva;

y nos vimos, por los aires,

lanzados al agua fría;

la esperanza, por momentos,

se iba haciendo más exigua,

al luchar contra las olas,

como en una pesadilla;

tras denodados esfuerzos

arrastrando la fatiga,

por fin alcanzamos tierra

y allí caí de rodillas

sintiéndome afortunada

por conservar aún la vida.

A lo lejos, el velero,

a las aguas sucumbía:

después de eternos instantes

se ocultó de nuestra vista

y nos despedimos de él

con una pena infinita.

EL DETECTIVE

 


Soy un sabueso genial,

huelo el crimen a distancia,

investigo con constancia

combatiendo siempre el mal. 

Y a mi agudeza mental

no se le escapa una pista;

no hay caso del que desista,

ni sospechoso al que absuelva

ni crimen que no resuelva

al primer golpe de vista.

 

Si he de ponerme un disfraz,

lo mismo que Mortadelo,

no me corto yo ni un pelo;

pues soy osado y audaz

al tiempo que perspicaz.

Mi labor apasionante

no me concede un instante

de calma, me quita el sueño;

en escudriñar me empeño

con un afán incesante. 


Me dedico con pasión

a husmear por todas partes,

-da igual domingo que martes-,

recabando información. 

Mi vida es mi profesión

y no abandono la presa

hasta que al final confiesa,

dándome por bien pagado

si veo al reo encerrado,

pues mi recompensa es esa.



EL ASTRONAUTA

 


Mamá, cuando sea mayor

yo quiero ser astronauta

y en un cohete espacial,

propulsado por las llamas,

iré rumbo a las estrellas,

dentro de un traje de plata.

Veré alejarse la tierra,

disiparse las montañas,

veloz, lo mismo que un rayo

que por el cielo cruzara.

Y con la luz de la luna

pienso hacerte una guirnalda

y le prenderé una estrella,

la más bonita que haya:

Lucirás resplandeciente

como si fueras un hada.

¡Qué orgullosa vas a estar

de mí y de mis hazañas!




DESEOS




Es mi deseo rotundo
que el alma en mí se sosiegue,
que la inspiración me llegue
y dé su fruto fecundo,
que a mí me parezca el mundo
un lugar maravilloso;
que esté claro y no borroso
el futuro que me aguarda
y que mi ángel de la guarda
no se muestre perezoso.



ESPANTANDO GOLONDRINAS

 



Si vuelven las oscuras golondrinas

de tu balcón sus nidos a colgar,

coloca un reluciente compact disc

y veloces huirán.


Pues al ver ese brillo deslumbrante

que la luz de su espejo hace brotar

cegadas, confundidas y alocadas

volando marcharán.


Yo no sé si después tendrás nostalgia

y te arrepentirás, a tu pesar,

de haberlas espantado sin tristeza,

sin sombra de piedad.


Pero el hecho de ver que a tu balcón

sin zozobra te puedes asomar

compensará, si llega la morriña

cuando no vuelvan más.

TUVE SUERTE

 


Transitando sin rumbo algún camino,

alejado del ruido y de la gente

meditaba y, absorta en mis pesares,

me tropecé contigo, ¡vaya suerte!


Nos miramos despacio, sin hablarnos

luego surgió un saludo y lo siguiente

vino rodando solo, fue tan fácil

que supe que sería para siempre.


Desde entonces la vida nos mantuvo

unidos por un lazo firme, fuerte;

anduvimos cogidos de la mano

con la ilusión de dos adolescentes.

DÍA DE LLUVIA

 




Atraviesa la bruma de coral

una gruesa pared, el aguacero

inunda la mañana y la derrumba.

Paraguas por la calle sin futuro

que alargan las siluetas hacia el cielo.

Los fantasmas humanos y divinos

marchan ajenos, dentro de sus pieles;

un trueno que retumba en el azul

rompe el silencio álgido del día.

Hormigas negras desde mi atalaya

serpean como ánimas dolientes.

LA GOLETA

 


La goleta dormía en la ensenada

con un dulce vaivén.  Y su madera

reposaba cansada y carcomida,

ajena al huracán y a la tormenta.

Pero los vientos fueron implacables,

ni atisbo de piedad tuvieron de ella,

desataron su furia destructora

y la esparcieron en las aguas negras.

La goleta dormía en la ensenada

ajena al huracán y a la tormenta.

EL APAGÓN


 Desquiciada me tiene ese apagón

que nos han anunciado los austriacos,

así que ya he comprado varios sacos

de leña; para el agua un gran bidón,

de velas y conservas, un montón;

baterías externas, botiquín,

—qué angustia, qué jaleo, qué trajín—

combustible, cerillas y además

una radio de pilas, camping gas,

y efectivo escondido en un bombín.

NEURONAS PACHUCHAS


Quiero poner a punto mis neuronas
que últimamente siento algo pachuchas,
las noto decaídas, poco duchas
en el arte del verso están ramplonas.

Algunas andan fuera de sus zonas
haciendo la sinapsis a lo loco,
menuda comedura la del coco,
que no puedo pensar con fluidez,
tendría que apuntarlas, otra vez, 
a unas clases de fitness, como poco.

RIMAR DE OÍDO


 Los acentos estróficos me matan

y estudiar la teoría me da grima,

pues controlo la métrica y la rima

tan solo con mi oído,

pero ese no es el tema;

de todos es sabido

que hace falta algo más para un poema

aparte del acento

y del total respeto hacia el esquema,

ser fiel a la estructura,

conseguir un estilo depurado…

nunca estaré a la altura

pues el mío está un poco apolillado.


Mientras otros debaten

si este verso es correcto o no lo es,

yo voy dando traspiés

y por más que lo intento,

se me cuelan las toscas asonancias,

las aliteraciones y los ripios,

también las redundancias;

uso la rima fácil,

tiro de participios

y de categoriales;

el caso es que no atino aunque me maten.


Entre pitos y flautas

solo escribo bobadas y pamemas.

¡Menudo sinvivir!

Si me empiezo a angustiar con tantas pautas

me voy a deprimir

y me saldrán alergias y hasta eczemas.




UN ASCO DE BRUJA


 Era una bruja malvada

que volaba en una escoba,

además era muy boba,

muy ceporra, muy pesada

y encima muy malhablada.

Era una arpía granuja

que comía cascaruja,

y tenía malas maneras

vulgares y muy groseras.

Total, un asco de bruja.




UNA VILLANELA NUEVA


Hace tiempo que no escribo

una villanela nueva;

es que no encuentro el motivo.



Con estilo narrativo,

que emocione, que conmueva.

Hace tiempo que no escribo.



Voy a ello y no me privo,

y aunque la rima me lleva,

es que no encuentro el motivo.



¿Me saldría algo festivo?

Pero no caerá esa breva.

Hace tiempo que no escribo



O un tema obsceno y lascivo...

Y no es porque no me atreva,

es que no encuentro el motivo.



Muy floja yo la percibo

mas la subo, aunque no deba.

Hace tiempo que no escribo:

es que no encuentro el motivo.



MORFEO, ¿DÓNDE ESTÁS?

 




Que me adormezca al instante
yo le suplico a Morfeo
con taimado coqueteo
pues quiero hacerlo mi amante
o mi caballero andante.
La cuestión es conquistarlo
para poder dominarlo,
que el insomnio me abandone
y ansiedad no me ocasione...
¡Qué gusto solo pensarlo!


Y esta noche me he podido
dar con un canto en los dientes,
porque, sabed, buenas gentes,
que por fin algo he dormido.
Morfeo se me ha rendido
viendo tamaña paciencia,
al rogar con insistencia
que me haga un poco de caso,
porque, si sigo a este paso
acabaré con demencia.



EL DÍA QUE VOLVIÓ.



 Una mañana de enero

esperando en la ventana,

entre serenos suspiros

comprendiste que lo amabas.

Porque lo viste llegar

y se te alegró la cara.

y las brumas del pasado

se volvieron luces claras.

Una mañana de enero

comprendiste que lo amabas.



Las penas se te acabaron

cobró vida la mañana,

se terminó la tristeza

el día que volvió a casa.

Irradiabas alegría

y renació tu esperanza,

deshaciéndose aquel nudo

que oprimía tu garganta.

Las penas se te acabaron

el día que volvió a casa.


CAPERUCITA Y EL HADA

 Un día vi a Caperucita

que andaba por mi jardín,

lejos, se oía un violín,

y sonaba tan bonita

la melodía exquisita

que me sentí transportada,

y en el cuento yo era un hada

que hizo a la niña invisible

y así aquel lobo terrible

ya no le pudo hacer nada.




LA NANA DE LAS ESTRELLAS



Tres estrellitas viajeras​

titilan en el azul,

bordando mantos de tul

y alegres enredaderas,

desplazándose ligeras

a través del firmamento

como en el más bello cuento.

Ellas velarán tu sueño,

duérmete ya, mi pequeño,

duerme tranquilo y contento.




EL CLUB DE LOS QUEJICAS



 Al club de los quejicas de la vida

no sé si perteneces...

Si te apuntas, te doy la bienvenida.


¿Solo tienes problemas y disgustos?

¿Alegría en contadas ocasiones?

Pues vamos a vaciarnos:

Háblanos de las penas que padeces,

percances, aflicción y depresiones.


Pero antes, dibuja una sonrisa,

sosegado y tranquilo, que no hay prisa.

Desarruga la frente.

Sé atrevido. Improvisa.


Pero debo advertir, para ser justos,

-pues lo debes saber-, que, tras quejarnos,

nada será ni mejor ni diferente.

ME QUEJO

 


Me quejo desde el comienzo,

ya le he cogido el gustillo

y no paro,

porque la vida es un lienzo

pintado con carboncillo,

está claro.


O más que claro está oscuro,

que hasta el cielo se ha tornado

gris, sombrío,

y presiento que el futuro

va a ser también desdichado,

crudo y frío.


"Quien canta su mal espanta"

dice un refrán muy sesudo,

pues os digo

que destrocé mi garganta

y deshacer este nudo

no consigo.


Se van pasando los días

entre quejas y consuelos

lentamente,

mientras hago poesías

o me tiro de los pelos

de repente.


Así que aquí seguiré

poniendo el grito en el cielo

por inercia,

y versos escribiré

sonándome en un pañuelo

si se tercia.


De quejarme a troche y moche

nunca he sacado provecho

que yo sepa.

De la mañana a la noche

nada me sale derecho

¡vaya plepa!


Y aunque me sigo quejando

—porque ante mi cruel destino

me rebelo—,

los hados se van mofando

al ver tanto desatino

sin consuelo.



PARTE METEOROLÓGICO


 Después de días lloviendo,

el cielo oscuro, la bruma,

frío, viento, sigue y suma,

casi me estoy deprimiendo.

Pero por lo que voy viendo

mañana de nuevo llueve

—dicen que llovizna leve—,

no pasamos de diez grados

y aquí estamos congelados…

¡nos falta que también nieve!

ABULIA

 No tengo ganas de hacer

nada, de mover ni un dedo,

¡ay, qué abulia!

Y dejo al mundo correr

porque hasta me importa un bledo

la tertulia.


Hoy me da igual que ayer,

el invierno, que el verano,

fuego o hielo.

Para lo que hay que ver

nunca es tarde ni temprano

¡vaya duelo!


De la tele me he aburrido

y leer me da pereza

de momento,

espero que se me pase

este ataque de tristeza

tan violento.


Con un saquito de lino

sobre los ojos cerrados

me acomodo,

y con suerte me imagino

que me sonríen los hados

de algún modo.


A ver si puedo dormir

y mientras hago la siesta

se me olvida

que me angustia el porvenir

y se me antoja funesta

la partida.


COVID

 Confinada en mi fortín,

lejos de la urbe ruidosa,

no se me ocurre otra cosa

que escribir algo, por fin.

A ratos cuido el jardín

o me dedico a hacer pan,

una mouse, helado, flan

o trabajos manuales,

asuntos más bien triviales,

que tampoco son mal plan.


Y es que pretendo evitar

un contagio innecesario,

es por eso que a diario

me mato a desinfectar

todo lo que he de tocar.

Uso mascarilla y gel,

y no traspaso el dintel

de la puerta de mi casa,

así, entre cuece y amasa,

al virus no doy cuartel.


¡Vaya bicho malnacido

que nos tiene en jaque mate!,

el ánimo nos abate

y lo deja compungido.

A ver, ¿de dónde ha salido?

Estábamos tan felices

inflándonos a perdices

cuando apareció un mal día,

a robarnos la alegría

y a tocarnos las narices.



RUTINAS

 Por la calle deambula poca gente

bajo la tenue luz de la farola.

Vuelvo a reflexionar, me siento sola,

algo triste, marchita e indolente.

Dejándome llevar por la corriente

permito que me absorba la rutina;

tengo una vida insulsa y anodina

sin salir de mi zona confortable.

Si todo sigue así, será probable

que mañana también esté mohína

LA SIESTA

 Cuando calienta el sol en el verano

es tan plácido el rato de la siesta

que me suelo quedar algo traspuesta

resguardada debajo del manzano.

Se me resbala el libro de la mano

pero sigo en un mundo de ficción

a caballo entre el sueño y la ilusión:

en mi novela soy una heroína,

una intrépida bióloga marina

que salva al mundo de su destrucción.

VERSAR NO ES HACER VERSOS



Un verbo se repite por ahí
de modo equivocado, y es "versar",
no crean que es asunto baladí,
el algo que debemos aclarar
porque la cosa es seria.

Yo puedo ser versada en la materia
cuyo estudio me ocupa,
o leer un poema 
que verse sobre un tema
como física cuántica
o quizás el respeto a la semántica.

"Versifico" diré si lo que hago
es escribir en verso, como ahora,
por eso, sin demora,
la rectificación se me hace urgente:
dejemos de "versar", y la mejora
será más que evidente.

Emprendo mi cruzada:
defender el buen uso del idioma
sin saltar ni una coma.
¡Espero no salir muy malparada!

MI PERRO BONACHÓN

 Tengo un perro grandullón

que es un pedazo de pan,

tan fuerte como un titán,

de carácter bonachón.

Es más dulce que un bombón

aunque sea un malandrín,

sabe que me hace tilín

porque se porta muy bien,

cuando yo le grito: ¡Ven!

viene alegre y saltarín.

EN CONTEMPLACIÓN





En la orilla me demoro 
contemplando ensimismado
el crepúsculo dorado, 
y, de nuevo, me enamoro.
El tiempo pasado añoro
cuando la vida reía,
inocente, pretendía
que todo se detuviese
y que nunca me invadiese 
la infausta melancolía.

Vengo a este mismo lugar 
si la angustia me amenaza
o la indolencia me abraza;
necesito ver el mar
tanto como respirar.
Al escuchar su sonido
largamente repetido,
me reanimo de tal suerte
que no temo ni a la muerte
y vuelvo fortalecido.