La noche en calma, estrellas en el cielo,
el susurro del aire en el cristal,
el maullido de alguna gata en celo
rompe el silencio. Abro el ventanal,
dejo vagar mi mente en el desvelo;
me recojo, en sentido espiritual.
Horas silentes de la madrugada
en las que me contemplo derrotada.
Despunta el alba, tímida y renuente,
dando paso a la luz y a la esperanza;
la vida sale al paso de la gente
que emprende la jornada con confianza.
Me aferro con consciencia a mi presente
obviando lo que esté en la lontananza.
Horas alegres, sol de mediodía,
barred al punto mi melancolía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario