Ahora, a
continuación, el mismo romance cuento,
Pero si eres
guapa o fea, eso cambia el argumento.
ELIODORA, LA
FEA. ROMANCE MEDIEVAL. (I)
Vivía la
pobre Eliodora encerrada en una torre.
Oye algo,
sale al balcón y ve a un jinete que corre.
Deteneos,
caballero, y alzad la vista, os lo ruego,
Sabed que
estoy vigilada por un dragón que echa fuego.
Decidme señora,
al punto, si yo os puedo ayudar
Soy osado
caballero y no me voy a arredrar.
El caballero
la mira e intenta ver su hermosura,
Pero no
distingue bien porque es muy grande la altura.
Ayudadme, os
lo suplico, acabad con el dragón
Si lo
hacéis, mi noble hidalgo, os daré mi corazón.
Al momento
descabalga el muy osado doncel
Y,
aproximándose a un árbol, ata al brioso corcel.
Arrojado y
valeroso va al encuentro del dragón
Sube un
escalón y otro, ¡no tiene fin la ascensión!
El caballero
no llega y ya ha pasado una hora
¿Es que se
habrá arrepentido? De pensarlo, casi llora.
Al poco la
puerta se abre y entra un joven muy bello
Que apenas
puede ya andar, porque viene sin resuello.
Oídme buena
señora… al dragón no lo he encontrado
Pero son mil
escalones y vengo un poco cansado.
Os confieso
que mentí, no existe ningún dragón,
Mi vida es
muy aburrida y quería darle emoción.
-¡Sois una
mujer taimada!-, dice él, fuera de quicio
Y, cuando la
tiene cerca, ve que es más fea que Picio.
-Oh, que
áspero y grosero, qué poco amable y atento
En vez de
veros feliz, por estar en mi aposento-
Permitidme
que me calle y no conteste a tal cosa
Porque soy
un caballero, Gumersindo de la
Rosa.
Nada tenéis
que temer, aunque yo esté en esta pieza,
Vuestra
virtud queda intacta, que me largo con presteza.
Así que ahí
quedáis, ladina, de mí os habéis reído
Me marcho
más que enfadado, enojado y resentido.
Desolada, ve
partir al caballero en cuestión
-¡Ay, qué
pena, otro que falla, se me parte el corazón!-
Suspira
Eliodora triste, se retoca con esmero,
Y espera
pacientemente que llegue otro caballero…
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ROMANCE
MEDIEVAL DE LA BELLA ELIODORA (II)
Vive la
bella Eliodora asomada a su balcón
Si ve venir
un jinete, le galopa el corazón
Sale al
balcón con presteza y al caballero requiere
Le explica
su situación y su historia le refiere
Deteneos
caballero, ¿podéis hacerme un favor?
Yo sabré
recompensaros poniendo todo mi ardor.
Sabed que a mí
no me dejan salir de esta habitación
Y que vivo
custodiada por un horrible dragón.
Si subís
hasta mi torre y me traéis su cabeza
Os estaré
agradecida y os serviré con presteza.
Explicadme,
mi señora, los motivos de tal cosa
Pues podéis
contar conmigo, Gumersindo de la
Rosa.
Mi padre me
ha prometido a un duque anciano y malvado
Y al negarme
yo a la boda aquí me ha confinado.
Yo no quiero
estar unida a un vejestorio baboso,
Anhelo fuego
y pasión en los brazos de un esposo.
Tardaré solo
un momento, id preparando una copa
Y si os
sobrase algún tiempo, aligeraos de ropa.
Cuando
llegue derrengado tendré que animarlo un poco
Le voy a
hacer un “estriptis” que lo voy a volver loco…
Después de
mil escalones al dragón yo no lo he encontrado
Dejadme
ahora que os contemple, que sin aliento he quedado.
Si no os
importa señora, que lo deje para luego…
No creo que
ande muy lejos, porque yo ya noto el fuego.
Os confieso
noble hidalgo que el fiero dragón no existe
Tan solo os hice
subir porque mi vida es muy triste…
Pero,
adorable señora, no teníais que haber mentido
Con solo
decirme: ¡Ven! Corriendo hubiera subido.
Gumersindo,
yo, a cualquiera, entregarme no quería
Antes
deseaba saber vuestro arrojo y valentía.
Acomodaos caballero,
que, visto tanto valor
Voy a
quitarme la ropa, olvidando mi pudor.
El caballero
y la dama retozan con alegría
Pierden la
noción del tiempo y no ven que acaba el día…
¡Oigo cascos
al galope! ¡Ausentaos con presteza,
Si mi padre
os coge aquí, os cortará la cabeza!
Al oír esto,
al valiente le han entrado los temblores
Y sale
despavorido aunque va en paños menores.
Eliodora se sonríe,
muy contenta y satisfecha…
El truco no
le ha fallado ningún día hasta la fecha.
Los placeres
que precisa en bandeja le han servido
Así que vive
encantada ¿para qué quiere un marido?
Cuando su
padre pregunte ¿qué es lo que has estado haciendo?
Dice: Rezar
y bordar… y tocar un instrumento.
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Simplemente EXQUISITO ...
ResponderEliminarSimplemente EXQUISITO ...
ResponderEliminar¡Muy bueno! Está entretenido el relato de tus versos pareados.
ResponderEliminarJajjajaa...Te quedó bordado amiga mía!!!
ResponderEliminarBello leerte !
Besos...
Preciosos tus versos Eratalia, solo me da un poco de pena la dama, pobrecita, jejejeje (pero muy mentirosa).
ResponderEliminarUn gran abrazo para ti.
MUY BUEN POEMA, QUERIDA ERATALIA. TE FELICITO. Saludos.
ResponderEliminarEXCELENTE!!
ResponderEliminarBravo por la Doncella!!!
Un besito
Amalia
Celebro que te haya gustado, Amalia.
ResponderEliminarUn besito para ti también.
Definitivamente tienes un talento admirable. Tus historias medievales son grandiosas. ¿Será que tú las viviste en una vida pasada?? Jajaaaaa!!
ResponderEliminarTe abrazo!
Pues no me acuerdo... jajajaja. Pero todo es posible.
EliminarGracias por venir.
Un abrazote.
Gracias por el poema. Lo he usado en clase de Literatura con alumnos de 1º de ESO.
ResponderEliminar¿Y qué les ha parecido? No lo habrás usado como ejemplo de lo que no se debe hacer, jejeje.
ResponderEliminarYo también doy lengua y literatura, pero nunca he usado mis propios poemas, porque me da una especie de vergüenza.
De todos modos muy halagada por la elección y gracias por dejar tu comentario.