Ay, señores, qué dolor
de la barbilla a la frente;
ayer visité al dentista…
permitidme que os lo cuente.
Primero, un par de pinchazos
al comenzar la faena;
me sentí como los toros
cuando salen a la arena.
Una vez anestesiada,
la boca de par en par,
me fue metiendo artilugios
y comenzó a trabajar.
La boca tienes dormida
mas la oreja está despierta,
vas oyendo los ruiditos
cuando el empaste te inserta.
Me dijo: “Esto es muy sencillo,
acabamos enseguida”
y si tarda un poco más,
allí me deja sin vida.
De pronto me dieron ganas
de arrearle un buen mordisco
pillarle la mano dentro
y dejársela hecha cisco.
La mandíbula inferior,
debe estar desencajada,
y por eso este dolor
no se me quita con nada…
¡Como no sea que una amnesia
haga que de esto me olvide
yo no vuelvo a ir al dentista
mientras mi cuerpo respire!
Jajaja, ni pensar en ir al dentista Eratalia, nomás de pensar en el zumbido que produce el taladrito ese que usa, hasta se me enchina el cuero. Me ha gustado mucho tu poesía cómica, esperamos otras de tu cuño.
ResponderEliminarMuy buenos tus versos Eratalia, menuda escenita jajaja, me ha gustado la trapisonda que cuentas.
ResponderEliminarCuando vayas al dentista haz como yo, le pido anestesia general y en su defecto, la epidural, para no salír corriendo.
JAJAJAJA, tanta tecnología y tener que seguir sufriendo así, la verdad que no lo entiendo, jajajaja.
ResponderEliminarPRECIOSOS TUS VERSOS amiga, un placer recorrerlos.
Un gran abrazo para ti