Fulanita, ya hace tiempo
que practica la enseñanza,
aunque piensa que es más fácil
debutar en La Maestranza.
Tiene un trabajo horroroso
que la estresa y que la ahoga
maldice el lejano día
en que se puso la toga.
Sí, la toga y el birrete
para salir en la foto.
Si hasta se sentía feliz…
¡Le vendieron bien la moto!
Le dijeron que estaría
siempre rodeada de niños
y así no le faltarían
ni alegrías ni cariños.
Fulanita no se siente
respetada ni querida;
está cansada de todos
y de esta pena de vida.
Desdichada, en su balcón
lloraba con desconsuelo,
las lágrimas ya llegaban
del jardín al entresuelo.
¿Qué haré yo, pobre de mí?
¿Qué haré yo, triste cuitada?
¿Seguir así para siempre?
¡Pues no se me ocurre nada!
Y así pasaron los años
triste y mohína, esperando;
por las tardes llora y llora
y los días van pasando.
Y una mañana de julio
le llegó la salvación
en forma de unos papeles:
¡los de la jubilación!
JAJAJAJAJA, qué buenooooooooooo!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarMe lo podrías dedicar a mí en el foro, aunque yo estoy cansada pero me encanta enseñar, no me imagino en otro lado, jajajaja.
Un gran abrazo!!!!!
Descuida, que en cuanto lo suba, te lo dedico... Lo que no se es si ponerlo en sátira, en cómico o en filosófico... Umh... la duda me corroe!
ResponderEliminarGracias por visitarme. Un beso.