CUARENTA GRADOS A LA SOMBRA.




Estoy muy desesperada,
pero no hay nada que hacer;
hace un calor que te mueres
y no me quiero cocer.

Por eso me quedo en casa
con el aire a toda mecha,
pero ya estoy aburrida,
con la garganta maltrecha.

El aire acondicionado 
te tiene siempre heladito,
pero si abro una ventana
al momento me derrito...

Ya padezco claustrofobia,
quiero a la calle salir,
el miedo me paraliza,
pues no me deseo fundir...

Y es que el dilema me mata;
esto ya es pura agonía…
Muero si salgo a la calle
o muero de pulmonía.






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