Mi colega peludo es adorable
y en mi vida se ha vuelto imprescindible,
enamorarme más es imposible
porque es bueno, simpático y sociable.
Está siempre a mi lado, fiel y amable,
se muestra cariñoso y apacible;
con su raya en la frente, inconfundible,
me parece bonito y entrañable.
Es un perrito cándido y muy noble,
pero si está jugando y rasca un mueble,
la señal que le deja es indeleble
porque el bicho es tan fuerte como un roble.
Puesto que su carácter no es voluble
considero este amor indisoluble.
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