GARGANTA ROTA


Tengo la garganta rota,

si canto me sale un gallo

y quedo como un idiota.


Casi voy a echar la pota

de lo angustioso que me hallo,

¡tengo la garganta rota!


Por no aceptar la derrota

los gorgoritos ensayo

y quedo como un idiota.


Mi gallina se alborota;

por mí, que la parta un rayo.

¡Tengo la garganta rota!​


La paciencia se me agota:

mejor no canto, me callo

y quedo como un idiota.


Si disimulo, lo nota.

¡que se busque un papagayo!

tengo la garganta rota

y quedo como un idiota.

GULA


 La tortura que me inflige

esta pitanza traidora

me castiga, me devora,

me desazona y me aflige.


Es un suplicio tan grande

la indigestión que origina,

que la mucosa me arruina

y la barriga me expande.​


Preparé una pasta al dente,

rebosante de sofrito,

especiado y exquisito,

muy sabroso y contundente.


Quedó tan apetecible

cocinada con pericia

que comí con avaricia

de manera irremisible.


Sé bien que pequé de gula,

sin refrenar el instinto

tomando un buen vino tinto

que el apetito estimula!


Al terminar la lasaña

serví asado de cordero,

con tomillo y con romero

y dos copas de champaña.


Y ahora siento la acidez,

el reflujo y hasta el flato;

¡Si es que he rebañado el plato

con desmedida avidez!


Aún no contenta con eso,

de postre comí turrones,

mantecados, polvorones

y hasta una tarta de queso


Después, como colofón,

una taza de café,

pero con él me zampé

una trufa y un bombón.


En este mismo momento

hago acto de contrición:

esta será mi expiación.

¡Oh, cielos, qué sufrimiento!


EL PARNASO


 Me dirijo a vosotros, ¡oh, inmortales,

divinos ciudadanos del Parnaso!

Desde el gris lodazal de mi fracaso,

anhelante de versos magistrales,

quiero encontrar las rimas ideales,

pero respuesta alguna no consigo,

¿Por qué mereceré tanto castigo?

Sordos y ajenos a mi desespero

no escucháis mi quejido lastimero.

¡Qué crueles os mostráis siempre conmigo!




...

UN TÉ DESTEINADO (OVILLEJO ALITERATIVO)




Ahora mismo te traeré

un té,

que, aunque sé que no te tienta,

te sienta

incluso mejor que bien,

fetén.

Te lo hago en un santiamén;

me voy pronta a la cocina

a hacerte un té sin teína

¡Un té te sienta fetén!

EL SINUETO

Antes, nunca en la vida, me enfrenté al sinueto,
lo veo complicado, complejo y laborioso,
es bastante intrincado y una pizca engorroso,
así que voy servida si me enfrento a este reto.

Al menos el soneto, mi estrofa preferida,
es menos riguroso, lo tengo dominado,
pero este es tan curioso que a hacerlo me he lanzado
y, aunque nada prometo, allá voy decidida.

Aunque empecé con brío, no acabarlo temí
la cabeza me duele, se me nubla la vista,
siento un escalofrío… pero llegué hasta aquí.

¡Ay!, ¿Quién me manda a mí meterme en este lío?
Por hacerme la lista me va a dar un telele,
mas ya lo conseguí. ¡Menudo desafío!







SIN VOLUNTAD




No tengo voluntad y eso me pesa
pues la quisiera fuerte como roca;
tenacidad no tengo o tengo poca,
aunque me hago a diario la promesa
de mantenerme firme en cada empresa
que ambicione de ahora en adelante.
Me lo juro en este mismo instante
en el que permanezco tan estática
que la cosa deviene problemática;
¡voy a dejar de ser una inconstante!