IN CRESCENDO, DÉCIMAS

Hoy, mi vida, necesito
oír tu voz melodiosa
diciendo que soy tu diosa…
susúrramelo bajito.
Dime un piropo bonito
porque me noto algo mustia
y no me gusta la angustia
que siento si tengo dudas.
Si tus sentimientos mudas…
¡sólo pensarlo me enmustia!

Por eso, ándate con ojo,
no mires a la vecina
que me pondré muy mohína
¡y ya verás si me enojo!
A la cabeza te arrojo
los platos de la vajilla
porque a mí nadie me humilla
y te quiero prevenir:
si te atreves a mentir
¡yo te daré la puntilla!

CONTRA SOBERBIA, HUMILDAD (DÉCIMAS)



Quizás debiera callar,
pues sé bien que es osadía
que pluma como la mía
quiera sobre esto opinar.
Pero lo voy a intentar
y os dejo mi apreciación:
pienso que tengo razón
para componer mi estrofa,
y no me toméis a mofa
porque es ardua la cuestión.


Ya veis que son muy modestos
estos versos que os dedico,
ni muestro un lenguaje rico
ni grandilocuentes gestos.
Sé que esos vicios funestos,
-los pecados capitales-,
son raíz de muchos males.
Contra soberbia, humildad,
poned buena voluntad
y mostraos fraternales.



Os conmino pues, hermanos,
a escapar de la arrogancia
del desdén y la jactancia
y a mostraros siempre llanos.
Ya sé que somos humanos
vanidosos, engreídos,
altaneros, presumidos
en busca de los laureles,
mas si a la humildad sois fieles
quedaréis enaltecidos.  


Ya lo decían las monjas,
aquellas que me educaron
y que tanto me enseñaron:
¡Hay que huir de las lisonjas!
Y nosotras, como esponjas
absorbimos la doctrina,
buscando gracia divina:
¡Sé siempre buena y modosa;
la soberbia es mala cosa,
es perniciosa y dañina!


GENTE COMO TÚ


Me hacen más grato el camino
las personas como tú,
con las que tomar vermú
o paladear un vino,
hablando de cualquier cosa,
de lo humano y lo divino
y una tapita sabrosa
o un bocadito bien fino.
El rato pasa ligero,
la cháchara es animada
y la tarde así empleada
es un tiempo placentero.
Son los momentos felices
sencillos y cotidianos
y, aunque sin comer perdices,
disfrutamos como enanos. 



MI POESÍA








Nació silvestre y anda a su manera,
se nutre de vocablos cotidianos,
comprensibles, sencillos y cercanos,
que emanan de mi esencia verdadera.


De forma familiar y campechana
brotan frases humildes y sinceras
que pueden ser profundas o ligeras
según me sienta yo, juiciosa o vana.


Las figuras retóricas me huyen
y este es el resultado, amigos míos
¿son poemas o simples desvaríos
que almacenados en mi mente bullen?


Me complazco escribiendo ingenuamente,
expresando mis penas y alegrías,
hilvanando retazos de mis días…

con esto tengo más que suficiente.

Si alguno me leyese complacido
y después entrañable me comenta,
yo diré que me siento muy contenta
pues tendré mi objetivo conseguido...