Quiero
escribir y nada se me ocurre,
se
mofa el papel blanco de mi pena,
la
inspiración se fue, se volvió ajena;
no
hay musa que al oído me susurre.
Pienso
en belleza, amores y dulzura
o
en dolor, en horrores y en tristeza
mas
nada siento y tengo la certeza
de
que nada hallaré ¡qué gran tortura!
Recuerdo
aquellos días que mi pluma
dejaba
tras de sí profunda huella,
hablando
del fulgor de alguna estrella
o
del aroma que el jardín perfuma.
Pero
hoy, aunque busco las palabras
compositoras
de odas o sonetos
se
me escapan por arduos vericuetos
triscando
a su albedrío, como cabras.
Con
mi más suave voz yo las invito...
-venid
conmigo-, de nuevo las llamo,
las
apremio con ansia, las reclamo
pasando
del susurro al puro grito.
Y
al final voy a darme por vencida
pues
pienso que mi veta está agotada
dentro
de mi magín no queda nada
y
en profundo pesar estoy sumida..
4 comentarios:
Ingeniosos cuartetos que demuestran que tus musas siguen a tu lado,aunque no las veas con claridad.
Me recordó a cierto soneto de Lope.
Abrazos Eratalia.
¿a Lope? ¡Cuán alto me lo fiáis!Pues no sé a cual, porque al famoso de doña Violante, desde luego que no. ;)
No, no estás agotada ni confusa,
ni tu iluminación está agotada;
tu poesía es ágil, bien ligada
indicación de que volvió la musa.
Excelentes letras.
Muchas gracias, buen amigo
por tus lindas alabanzas
y las flores que me lanzas
¡qué gusto contar contigo!
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