Saltando
del abismo al alto cielo,
emergiendo
con ímpetu bizarro,
lejos mis
pies del pegajoso barro
salgo de
este anodino desconsuelo.
A raudales
absorbo el aire puro,
que me
desborda como ola gigante,
que me
seduce cual gema brillante
y que me
aleja del pesar oscuro.
Hacia la
luz asciendo jubilosa
desprendida de todos mis instintos;
desprendida de todos mis instintos;
revestida
de fuerza poderosa.
Abandono
los turbios laberintos
de la vida
nefasta y engañosa
en busca
de seráficos recintos.
Es impecable y hermoso, pero en mi estado anímico actual lo he interpretado de un modo un tanto trágico, claro que puede referire a otros momentos.
ResponderEliminarMe gustó bastante, Eratalia.
¡Saludos del Marqués!
Muchas gracias, marqués. Llevas razón en que se puede entender de diferentes maneras... un renacer espiritual o un tránsito hacia otra vida...
EliminarMe gustó verte por aquí.
Un abrazo.