Soy ferviente admiradora
de este trío de alucine
que desarrolló en el cine
su agudeza encantadora.
Aquel sujeto alocado,
un Don Juan de tres al cuarto
con un bigote de infarto
bajo la nariz pintado.
Otro de estilo italiano,
con la cara más bien dura
y que no tenía hartura
en trapichear cual villano.
Y un tercero discordante
que alborota sin hablar
y no para de enredar
incordiando a cada instante.
Absurdos, disparatados
con conductas demenciales,
caóticos integrales,
y siempre desenfadados.
Ese humor tan incoherente
descabellado y errático,
para nada diplomático,
audaz y siempre insolente,
me hace disfrutar gustosa
con sus salidas geniales,
sus números musicales
y su agudeza pasmosa..
Hola Eratalia!
ResponderEliminarNo conocí ni vi jamás a los Marx, pero si tú los admiras gran talento debían tener.
Yo me dedico mejor a admirar en ti esa gran facilidad para versar con agudeza y claridad.
Te abrazo!
Creí que no existiría nadie en el mundo que no conociese a los hermanos Marx, mira por dónde hay uno.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario.
Un abrazo.