Placentero y
sublime es este gozo,
deleite que
embadurna mis sentidos,
delectación
de aromas elegidos,
embriaguez
convertida en alborozo.
Extasiada,
con gran afán retozo,
mis placeres
se sienten encendidos,
truena mi
corazón con mil latidos,
y de dicha,
se escapa algún sollozo.
Es excelso y
glorioso este momento
en que con
parsimonia y con agrado
el instante
postergo, sin aliento.
En la boca
introduzco con cuidado
el amargo
manjar, grato alimento
¡ven a mí,
chocolate idolatrado!
Placer de Dioses y de terrenales, ummmmmm, que dulzuraaaa!!!
ResponderEliminarMil besos mi amiga mía!!!!
Gracias Duendecito. ¿Lo prefieres dulce? ¡yo amargo! Ummmmh...
ResponderEliminarUn abrazo.
Muy bueno!! realmente placer de dioses, a mi me encanta, jeje.
ResponderEliminarBesitos Eratalia.
Mmmmm...chocolate...
ResponderEliminarDecía Fernando Pessoa que no hay metafísica como los chocolates...tal vez por ello sea placentero, sublime, excelso y glorioso, como tu dices.
Buen soneto!!!
Saludos para ti.
Hermoso y dulcísimo soneto, se saborea...es decir, se lee con gusto. Felicidades.
ResponderEliminarMmmmmmmmmm, qué placer de dioses, si me has abierto el apetito.
ResponderEliminarBellísima oda al chocolate.
Cariños y remuacssssssssss.
Uy uy uyyyyy qué bocadito le pegaba a la rosa ahora mismo jajajjaja, ummmm es que hasta se me hace la boca agua, mi querida Eratalia siempre que vengo a tus letras me voy llena, la sensación agradable que de ellas recojo no se paga ni con todo el oro del mundo...Graciassssss....Besos amiga...Luna.
ResponderEliminarHace tiempo que no escribes
ResponderEliminar(¿te hizo mal el chocolate?).
Sé que todavía vives
por las loas que recibe
servidor como acicate.
Por lo demás, no hay noticias
de ti ni de tus estrofas;
con tu ausencia me desquicias,
sin poder afearte pifias
entre cachondeos y mofas.
Tus pifias eran falacias
y mis mofas de mentira,
me queda darte las gracias
y pedir sin burocracias
que suene otra vez tu lira.
Lo mejor de comentarte
ResponderEliminarfue encontrar esta respuesta,
que me ha dejado traspuesta.
Sigamos. Punto y aparte.
Y es que demuestras tal arte
-lo que es cosa manifiesta-
que aquí me tienes dispuesta
a leerte, hasta que me harte.