SONETO SIMPLE.



Estrujándome un poco las meninges
ansiaba pasar sola un rato ahora;
no quiero que me coja aquí la aurora,
ni escuchar de la alondra las siringes.

Yo no sé qué me han dado los sonetos,
que parecen adscritos a mi aliento,
sin dame cuenta salen; lo lamento,
por si los juzgáis sosos u obsoletos.

Salen solos, así, sin ir contando...
Y, como el inefable Lope dijo,
ya estoy este terceto terminando.

En este punto no quiero otra cosa
que dejarlo tal cual, no lo corrijo...
¡Y a volar!, como rauda mariposa.


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