Hoy trato de
escribir una semblanza
de un
personaje que bien lo merezca,
aunque tampoco
quiero que parezca
que en mi pensar
alabo a Sancho Panza.
Intento, en
vano, no glosar la danza
del molino,
y un aspa que me ofrezca
la idea de que
a sus manos no perezca
y que, a su
vez, me llene de esperanza.
Hay que
poner los pies sobre la tierra
sin expulsar
del todo al buen Quijote
que cada uno
dentro de sí encierra.
Y no temáis
si os cuelgan algún mote,
peor le va a
quien su alma entierra
e impide que
su loco salga a flote.
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