un
tema sin ningún romanticismo,
ni
imagino que induzca al fetichismo
ni
que se lleve bien con la corbata.
Es mentira si digo que arrebata
o desprende a su paso gran lirismo,
no es por cierto un dechado de erotismo
sino más bien vulgar, fea y barata.
Es mentira si digo que arrebata
o desprende a su paso gran lirismo,
no es por cierto un dechado de erotismo
sino más bien vulgar, fea y barata.
Y que conste que nada en contra
tengo
de un calzado tan cómodo y tan práctico
puesto que es agradable y placentero,
y aunque no sea rancio su abolengo
me parece bastante profiláctico
y yo, al tacón de aguja, lo prefiero.
de un calzado tan cómodo y tan práctico
puesto que es agradable y placentero,
y aunque no sea rancio su abolengo
me parece bastante profiláctico
y yo, al tacón de aguja, lo prefiero.
Con un soneto así, la alpargata acaba de ascender a la categorías de calzado aristocrático por lo menos.
ResponderEliminarBravo Eratalia. Directo, natural y correctísimo ( incluidas esas incómodas esdrújulas de los tercetos), como debe de ser todo soneto.
Me quito el sombrero y las alpargatas...
Abrazos y felices vacaciones de Semana Santa.
Si la montaña no va a Mahoma es justo que Mahoma (o su representante Don Rodrigo) venga a visitar la montaña y, de paso, disfrutar de sus amenos rincones. Este soneto no te lo conocía. Como dice mi admirado Jerónimo, también -o sobre todo- un objeto tan humilde y popular, que tanto usé cuando niño, debe de alcanzar con la poesía su cuota de inmortalidad. Y quien mejor que la mejor poeta popular de estos lares. Un cordial abrazo (o besibrazo, si se admiten) de tu incondicional amigo.
ResponderEliminarrodrigo-miguel